dilluns, 7 de desembre del 2009

Fatal pre-navidad

Estos días celebramos el magnífico puente dedicado la "prostitución" de la población. O era de la Constitución?

Bajo a la calle, me mezclo entre la multitud. Quiero comprar comida y cuatro utensilios básicos del día a día. Pero parece una misión imposible. Tengo que luchar para sobrevivir entre una manada hambrienta de compradores armados con bolsas de las tiendas más glamourosas, tiendas de ropa low-cost y de los megasuper grandes almacenes. Yo sólo quería pan y cuatro cositas más. La cosa está complicada.

¿Quién me mandó a mi meterme entre los compro comida, regalos, más comida, más regalos y todavía algo más de comida (totalmente inecesaria)?

Por fin consigo mi objetivo: mi compra semanal, e intento volver a mi hogar, dulce hogar. En los restaurantes más chic hay colas interminables, una pequeña administración de loteria luce orgullosa otra gran cola, las paradas ambulantes están repletas de curiosos que miran intendando conseguir algo a codazos.

¿CRISIS? ¿Dónde estás? ¿Sólo en la larga lista de inscritos en el INEM?
Todos piden, todos quieren. Yo a pedir, pido un consumo responsable.

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