dissabte, 27 de juny del 2009

Fatal resaca

Llevaba demasiados días sin hacerlo, tenía en mente demasiadas preocupaciones, demasiados quebraderos de cabeza que me atormentaban. Estuve pensando en la situación en la que me veía inmersa, en todo lo que me aportaba y en todo lo que me repercutía y me dije a mi misma: puede que esta noche sea la última, aprovéchalo.

De pronto y en medio de la nada, sin saber muy bien de donde salió, se apoderó de mí una sensación que hacía muchos días que no percibía: esa ya conocida distorsión de la realidad, que pone colores bonitos donde antes sólo había sombras grises y me dejé llevar. La cosa fue rápida fácil y fugaz, pero yo me sentía entre campos de amapolas y oliendo las nubes.

Los días siguientes, no os mentiré, reincidí, una y otra vez. Hasta quedar extasiada, extasiada del beneficioso poder de la (son)risa.

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